Friday, 22 June 2018

UN ECLIPSE EN EL TEMPLO DE DENDERA 🌞🌝



Hoy quiero que viajemos al templo de Dendera, uno de mis templos favoritos (ya sabéis que mi especialidad es el estudio de los sacerdotes egipcios de época grecorromana). Si entramos en el pronaos (la famosa sala de columnas hathoricas), podremos ver que su techo está decorado con distintos motivos astronómicos. El pronaos del templo fue construido en época del emperador romano Tiberio, pero la decoración fue realizada en época de Claudio. Uno de los elementos que aparecen en la decoración es éste que veis en la imagen. En el centro podéis ver un gran disco, en cuyo interior aparece un hombre sosteniendo un cerdo por sus patas traseras (aunque parece un perro, se trata de un cerdo, ya que tiene la típica cola rizada de estos animales). La representación tradicional de los eclipses en el Egipto antiguo consistía en un cerdo tragando un ojo, que representaba el disco solar. En esta imagen, la divinidad que sostiene el cerdo está haciendo que escupa el disco, para que termine el eclipse. En este caso, las dos figuras aparecen representadas en el interior del disco simbolizando esta escena. Como os contaba ya en el blog, uno de los fenómenos naturales que impactaron a los egipcios era que las cerdas, al dar a luz y sentirse en peligro, se comían sus propios lechones (un trauma que quienes hayan tenido hamsters comprenderán perfectamente). Tomando esta imagen, la transpusieron a la explicación mitológica del cielo, identificando a la diosa Nut con una cerda, que devora a sus hijos, los cuerpos celestes. En el caso del eclipse, la deidad que sostiene el cerdo hace que éste escupa el disco, y que así la desaparición del sol sea temporal. Podéis leer el artículo al que me refiero aquí: http://egyptologicalbibliophile.blogspot.com/2016/11/era-la-escritura-jeroglifica-una.html

Volviendo a la escena completa, las figuras que aparecen alrededor del disco nos dan más información sobre las circunstancias del eclipse. En los extremos izquierdo y derecho podéis ver un carnero y unos peces. Estas figuras representan las constelaciones de Aries y Piscis (recordad que estamos en época romana, y la astronomía egipcia había incorporado ya en época ptolemaica elementos de procedencia babilónica como el zodíaco). Esto indica que en el momento del eclipse el sol estaba en la región del cielo entre Aries y Piscis. Además, las tres figuras con estrellas en la cabeza representan las horas quinta, sexta y séptima, y el disco está entre la hora quinta y sexta (lo sabemos por los nombres que están escritos sobre sus cabezas). Por último, la figura con cabeza de halcón es el planeta Júpiter, conocido por los egipcios como "Horus que ilumina la tierra". 

Con todos estos datos, las fuentes clásicas, y los programas astronómicos modernos, y sabiendo que el techo fue decorado durante el reinado del emperador Claudio (41-54 d. C.), podemos deducir que el eclipse aquí representado fue el que tuvo lugar el 19 de marzo del año 52 d. C. Fue visible en Alejandría a las 12:47 hora de Greenwich. 

Para concluir, quiero hacer un apunte que forma parte de las conclusiones de mi investigación sobre la astronomía egipcia en época grecorromana. Pese a que durante mucho tiempo se pensó que en el Egipto grecorromano la astronomía más científica había sido cosa de los griegos, dado que el mayor número de tablas astronómicas conservadas estaba en griego (procedentes sobre todo de Oxirrinco), poco a poco, con la publicación de nuevos papiros demóticos como el que yo he estudiado, podemos ver como la astronomía practicada en el seno de los templos egipcios (y de hecho, parece que muchos de los papiros griegos tienen también su origen en los templos egipcios, ya que los sacerdotes eran bilingües) tenía el mismo grado de complejidad matemática que la que conocemos a partir de los textos griegos. Los sacerdotes astrónomos estaban al tanto de los últimos avances matemáticos en el estudio del cosmos, y contribuyeron a ellos durante la época romana, trabajando desde los techos de los templos, que eran verdaderos observatorios astronómicos. Esta astronomía matemática de carácter avanzado nunca estuvo reñida con la explicación mitológica del cosmos, como podemos ver en las representaciones astronómicas del templo de Dendera. Estas dos explicaciones parecen haberse armonizado filosóficamente como alegorías platónicas, y no debemos olvidar que muchos sacerdotes egipcios de este momento estaban versados en las corrientes filosóficas del momento, como el neopitagorismo o el platonismo alegórico. 

PARA SABER MÁS SOBRE DENDERA (y fuente de la imagen): Cauville, S. y M. Ibrahim Ali (2015): Dendara. Itinéraire du visiteur, Leuven-Paris-Bristol, CT: Peeters.

Monday, 2 April 2018

INSCRIPCIÓN EN LA TUMBA DE UN BABUINO SAGRADO 📜

Además de monumentos tan famosos como el complejo funerario del rey Djoser, con la primera pirámide, o las galerías del Serapeum, Saqqara contiene bajo sus arenas otras construcciones a través de las cuales nos podemos acercar a detalles curiosos de la vida en el Egipto antiguo. Hoy os traigo una inscripción publicada en uno de los volúmenes que edita la Egypt Exploration Society, que recoge las inscripciones demóticas, jeroglíficas y griegas de la necrópolis de los animales sagrados en Saqqara norte. Fueron descubiertas durante las campañas de 1968/9 y 1969/70 por Walter B. Emery, y la actual edición de los textos es de John Ray. Se trata de unas galerías subterráneas designadas como galería superior y galería inferior, que consisten en largos pasadizos con nichos en las paredes. Estos nichos, que contenían las momias de los animales, estaban cubiertos por losas de piedra sobre las que fueron escritos obituarios. Las inscripciones datan de mediados del s. II a. C. El bloque que veis en la foto es uno de ellos. En la imagen tenéis la fotografía, y el dibujo a línea de la inscripción, clasificada como texto A4. El texto, escrito en demótico, dice lo siguiente:



1. Año 5, mes de Khoiak (4° mes de la estación de Akhet), día 15. Que seas alabado por siempre y eternamente,
2. oh Osiris babuino Djedbastetiuefankh, que fue traído
3. (desde) Alejandría cuando era joven. Su salvación (es decir, su muerte) ocurrió
4. en el dominio de Ptah-bajo-su-arbol de moringa, cuando era viejo, en el año 5, mes de Khoiak, día 14.

Este texto es muy interesante, ya que en pocas líneas nos cuenta un poco de la vida de este babuino. Parece indicar que en Alejandría existía un lugar donde se criaban babuinos. Sabemos que los Ptolomeos tenían un zoo real en la capital, fundado por Ptolomeo II. Varios de los Ptolomeos se interesaron por y promovieron el culto a los animales, y es posible que dicho criadero proporcionase también babuinos al Serapeo de Alejandría y a otros templos dedicados a Hermes-Thoth. El babuino fue llevado a Menfis cuando eran todavía jovencito, ya que los babuinos adultos pueden ser violentos, lo que haría que el viaje pudiera ser peligroso. Desconocemos la edad a la que murió este babuino, pero el texto indica que murió ya viejo, por lo que debió tener una larga vida. Su nombre, Dd-bAstt-jw=f-anx, significa "Bastet ha dicho: él vivirá". 

EDICIÓN DEL TEXTO:

RAY, J. (2011): Texts from the Baboon and Falcon Galleries. Demotic, Hieroglyphic and Greek Inscriptions from the Sacred Animal Necropolis, North Saqqara, Londres: Egypt Exploration Society.

La imagen corresponde a la fig. 6.

NOTA: Sobre la expresión "su salvación" como sinónimo de "fallecer": El verbo wDA (Wb. I 390.14-401.2) significa "estar intacto, estar completo" originalmente, y a partir de aquí, tenemos la acepción "estar sano" (de aquí deriva el término wDA.t, wedjat, el nombre del Ojo de Horus curado por Thoth). En demótico, la combinación wDA xpr (EG 108) significa "fallecer", y es una expresión común que encontramos también indicando el fallecimiento de los toros Apis. En fases anteriores de la lengua egipcia encontramos con el mismo significado de "fallecer" la expresión wDA n anx (Wb. I 401.1). Se trata en ambos casos de un eufemismo, ya que los egipcios tendían a evitar el uso de términos negativos en referencia al rey, dioses, o entidades sagradas como en este caso los animales. El ejemplo más común de estos eufemismos es el uso de la frase "el enemigo del faraón" en lugar de "faraón", cuando se iba a decir algo malo, como su muerte, o que había sido apaleado. Lo más interesante es que wDA en copto, oudjai, es utilizado, en contexto cristiano como equivalente del griego σωτηρία, "salvación".

Thursday, 18 January 2018

LEAMOS EGIPCIO ANTIGUO: ALGUNOS EPÍTETOS DEL DIOS THOTH 📜

En este blog me gusta acercaros, especialmente, al mundo de los textos egipcios, ya que ésta es mi pasión, y es la mejor forma de aproximarnos al pensamiento de los egipcios antiguos. En mis clases de lengua egipcia, para que mis alumnos recuerden el vocabulario que estudiamos, me gusta poner las palabras en su contexto histórico, y eso mismo quiero hacer con vosotros. Como sabéis, el dios egipcio de la escritura era Thoth, que podía representarse, en la mayoría de los casos, como un ibis o un babuino. Hoy os traigo una bellísima estatua para enseñaros algunos de los epítetos del dios Thoth.




Se trata de la estatua de Minemneb, un escriba del ejército de tiempos de Amenhotep III, que aparece sosteniendo un altar sobre el que hay un babuino sentado. En la parte frontal del altar podemos ver una inscripción en dos columnas, que os he transcrito, transliterado y traducido a continuación.



En ella Thoth (Djehuty en egipcio) aparece designado como Señor de Khemenu, que era el nombre egipcio de la ciudad principal del culto a este dios, Hermópolis Magna para los griegos, y el-Ashmunein hoy en día, nombre que deriva del antiguo nombre egipcio. Al comienzo de la columna podéis ver el nombre del dios Thoth, escrito con el ibis sobre un estandarte, con debajo los signos t (hogaza de pan en forma de semicírculo) e y (dos trazos diagonales). Debajo hay una canasta, cuya lectura es nb "Señor", y bajo ésta ocho elementos horizontales que representan el número 8, seguidos del signo para n (línea de agua) y el jarro nw, terminando con un círculo con unas aspas dentro, que es el determinativo que indica que la palabra es un nombre de ciudad o conjunto urbano. Khemenu significa, por tanto, "la Ciudad de los Ocho", es decir, de la Ogdóada, los ocho dioses primordiales del mito de creación de esta ciudad. Su nombre griego deriva de la interpretatio graeca (es decir, de la equivalencia del dios egipcio con un dios griego) de Thoth como Hermes. El segundo epíteto es "gran dios, aquél que está al frente de Heseret". Está escrito con el signo de la banderola del templo, nTr "dios", más el adjetivo aA "grande", y una cabeza de bóvido y una t para el adjetivo nisbado xn.tj "aquél que está al frente" (notad que en un cuadrúpedo lo que siempre va al frente es la cabeza). El nombre de Heseret está escrito de forma fonética, con los signos para H-s-r-t, seguidos del determinativo de ciudad. No está claro si esta denominación se refiere al recinto sagrado de Thoth en Hermópolis, o a su necrópolis, conocida hoy como Tuna el-Gebel, y que contiene las fascinantes catacumbas de los ibis, babuinos y halcones (uno de mis lugares favoritos para explorar en Egipto, os lo recomiendo), ofrendados en honor al dios, o la famosa tumba de Petosiris, de época de la conquista de Alejandro Magno, decorada con relieves de tema egipcio pero estilo griego. El epíteto "el de Heseret" o "aquél que está al frente de Heseret" es la forma en la que el dios aparece designado en el texto conocido como Libro de Thoth, un ritual de iniciación al arte de la escritura.

Es interesante destacar que Khemenu o Hermópolis Magna era la capital del decimoquinto nomo o provincia del Alto Egipto. El número 15 estaba íntimamente ligado a Thoth. El día 15 de cada mes del calendario lunar correspondía a la luna llena, que se equiparaba con el ojo Wedjat, el ojo de Horus que había sido dañado por Seth, y que Thoth curó. La luna llena era el ojo curado de Horus, y Thoth era por tanto el artífice de dicha sanación. Por eso podemos encontrar muchos amuletos en los que el dios sostiene un ojo Wedjat. En el techo astronómico de Dendera vemos una representación de los 14 días primeros del mes como deidades, hasta llegar a la luna llena, representada como el ojo Wedjat en un espejo, tras el que se encuentra el dios Thoth.


Sunday, 14 May 2017

Hiératico en La Momia (1999): "La muerte es sólo el principio"

En este segundo artículo sobre curiosidades egiptológicas en la película La Momia (1999) (el primero podéis leerlo aquí) os traigo un detalle que creo que ha pasado desapercibido por completo. Para ello tenemos que ir primero al comienzo de la película, y recordar la (inolvidable) presentación de nuestra egiptóloga y bibliotecaria Evelyn Carnahan.

A todos nos gusta tener una biblioteca bien ordenada...
 (Copyright: Universal Studios)
Tras crear un completo caos en la biblioteca del Museo de El Cairo, Evelyn mantiene una conversación con el conservador del museo. En ella, atónito ante semejante desastre, el conservador exclama que no sabe por qué sigue manteniendo a Evelyn empleada en el museo. Ella procede a defenderse y presenta sus credenciales: sabe leer y escribir egipcio antiguo, descifrar jeroglíficos y hierático, y es la única persona capaz de codificar y catalogar esa biblioteca. A lo largo de la película, uno de mis elementos favoritos como especialista en filología egipcia es precisamente que el conocimiento de la lengua egipcia antigua tendrá un papel de gran importancia para el desarrollo de la acción (para bien y para mal). Desde la lectura de los textos escritos en el papiro oculto en la caja que Jonathan roba a Rick, pasando por las inscripciones del Libro de los Muertos (sobre este "libro" y cómo es representado en la película, os remito de nuevo a mi primer artículo en esta serie, aquí), las de la especie de piedra de Rosetta donde Evelyn averigua la localización del Libro de Amón-Ra, y por último los textos de éste libro, vemos cómo Evelyn da buena muestra de su domino de los jeroglíficos y de la lengua egipcia (¡también hablada!).

Evelyn encuentra el mapa de Hamunaptra
(Copyright: Universal Studios)

Evelyn leyendo los jeroglíficos del Libro de los Muertos
(la página está copiada del capítulo 151 del Libro de los Muertos real) (Copyright: Universal Studios)

Evelyn leyendo la localización del Libro de Amón-Ra en una estela similar a la Piedra de Rosetta
(Copyright: Universal Studios)
¿Pero qué ocurre con el hierático? Cuando Evelyn presenta el mapa de Hamunaptra al conservador del Museo de El Cairo al comienzo de la película, dice que el nombre de la ciudad está escrito en él en hierático. Sin embargo, el plano que muestra el mapa no permite ver ese texto. Sin embargo, hay otro momento de la película en el que sí que vemos una inscripción hierática que Evelyn lee para nosotros, pero las circunstancias de su presentación hacen que, incluso para aquellos que podemos leer esta escritura, nos pueda pasar desapercibida.

Una vez en Hamunaptra, Evelyn, Rick, y Jonathan descubren el ataúd de Imhotep enterrado bajo la estatua de Anubis. Utilizando la llave/caja, consiguen abrirlo dando lugar a un susto clásico de esta película. La momia de Imhotep, todavía "jugosa", aparece dentro del ataúd, junto con una serie de caparazones de escarabajos comedores de carne. En el interior de la tapa del ataúd, aparece una inscripción, que Evelyn nos traduce como "La muerte es sólo el principio". Veamos unas capturas de pantalla de esta escena:

Evelyn, Rick, y Jonathan junto al ataúd de Imhotep
(Copyright: Universal Studios)
Evelyn lee la inscripción arañada por Imhotep en el interior de la tapa del ataúd
(Copyright: Universal Studios)

En el Reino Nuevo, un sumo sacerdote como Imhotep sería capaz de leer y escribir en escritura jeroglífica (como efectivamente vemos en la película, cuando lee los conjuros del Libro de los Muertos), pero en su vida diaria escribiría en la que era la escritura utilizada comúnmente en textos administrativos o literarios, el hierático, una escritura cursiva derivada de los jeroglíficos, que resume los signos a sus trazos principales, y que a veces combina varios de ellos en forma de ligaduras. No obstante, la inscripción arañada en el interior de la tapa del sarcófago es rara... salvo que giremos la imagen 180º (la he aclarado ligeramente para que la inscripción se vea con más claridad):

Imagen anterior rotada 180º y aclarada
(Copyright: Universal Studios)
Y ahora sí que podemos leer...


En la imagen inferior he copiado el texto hierático tal cual aparece en la captura de pantalla de la película para que sea más legible, lo he transcrito a jeroglíficos, transliterado, y traducido. Los signos hieráticos utilizados datan del Reino Nuevo, y el egiptólogo asesor (probablemente el Prof. Stuart Tyson Smith) utilizó el segundo volumen de la Hieratische Paläographie de Georg Möller para componer el texto. La frase es una oración de predicado nominal del tipo A pw B, en la que B es el sujeto y A es el predicado. Como podéis ver, la atención al detalle en esta película es bastante buena, pero en el último momento, a la hora de confeccionar el ataúd, la persona responsable de decorados copió el texto proporcionado por el egiptólogo asesor cabeza abajo. Aún así, se trata de un detalle notable, ya que si poca gente puede leer los textos jeroglíficos que aparecen en las películas, aún menos gente es capaz de leer el hierático (¡sobre todo si está boca abajo!).


Si este artículo y el anterior os han resultado interesantes, en un tercer artículo, más adelante, seguiremos viendo detalles egiptológicos de esta película. 

Sunday, 23 April 2017

BIBLIOTECAS EGIPCIAS, ¿"TESOROS DE LOS REMEDIOS DEL ALMA"? 📚

[He pensado transferir algunos de los posts que he ido haciendo en la página de Facebook al blog para que puedan ser revisados de forma más cómoda. Como hoy es el Día del Libro, traigo este post del pasado 12 de marzo sobre bibliotecas egipcias]  

Mi idea hoy era compartir con vosotros un post sobre un curioso epíteto del dios Thoth, pero lo voy a postponer para responder por aquí a una pregunta que me ha hecho Ulises Russell, ya que creo que os puede resultar interesante (al fin y al cabo, las bibliotecas son uno de mis temas predilectos, y no dejamos de lado tampoco al dios Thoth). Ulises me pregunta lo siguiente: "Hola Marina. ¿Es cierto que en Egipto a las bibliotecas de las llamaba "el tesoro de los Remedios del alma? ¿ o es un mero invento de Internet? Muchas gracias! Y disculpas por la molestia!" A lo que se refiere Ulises es a un texto que probablemente muchos hayáis visto circulando en Internet, generalmente sin referencias, que dice lo siguiente: "En Egipto se llamaban las bibliotecas el tesoro de los remedios del alma. En efecto, curábase en ellas de la ignorancia, la más peligrosa de las enfermedades y el origen de todas las demás." Se trata de un fragmento de la obra 'Discours sur l'histoire universelle', del teólogo francés Jacques Bénigne Bossuet, escrita en 1681. La fuente utilizada por Bossuet, no obstante, es mucho anterior. Si vamos a la Biblioteca Histórica de Diodoro Sículo, libro I, 49.3, leemos lo siguiente, en su descripción del Ramesseum en Tebas: ἑξῆς δ᾽ ὑπάρχειν τὴν ἱερὰν βιβλιοθήκην, ἐφ᾽ ἧς ἐπιγεγράφθαι Ψυχῆς ἰατρεῖον ("Y a continuación está la biblioteca sagrada, sobre la que está inscrito «(Lugar de) remedio del alma»". La traducción es mía).

¿Pero era esto cierto? Las bibliotecas en el Egipto antiguo recibían el nombre de pr-mDA.t (per-medjat), literalmente "casa de libros". Tenemos un ejemplo de una pequeña cámara llamada así en el templo de Edfu, en la primera sala hipóstila, donde hay un listado de títulos de libros inscrito en sus paredes. Las instituciones de conocimiento donde se copiaban los libros, no obstante, eran llamadas Casa de la Vida (pr-anx "per-ankh"), y para acceder a ellas era necesario pasar por un proceso de iniciación a los misterios de la escritura que está recogido en el Libro de Thoth, conservado en una serie de papiros demóticos. En él y en otros textos los libros son llamados bA.w-ra (bau-Ra), es decir "almas de Ra". Dado que la Casa de la Vida parece haber estado también asociada a los rituales de regeneración de Osiris, como se deduce a partir de la representación en el papiro Salt 825 o en el Libro de El Fayum, es posible que la noción de "remedio del alma" se haya derivado de las explicaciones de los sacerdotes egipcios sobre este tipo de rituales, y sobre el contenido de muchos de los papiros conservados en la biblioteca. La lectura de la inscripción quizá derive de hecho del término pr-ankh. 
Sobre bibliotecas reales, son pocas las que han llegado hasta nosotros. Una excepción es la del templo de Tebtunis, en El Fayum, donde encontramos textos de muchas clases, desde tratados científicos (como textos astronómicos y astrológicos) hasta textos literarios, que probablemente en muchos casos eran considerados como relatos históricos.

IMÁGENES

1-4: Estas fotografías las tomé en mi última visita a Edfu, en 2014. En ellas podéis ver el pr-mDA.t o biblioteca del templo. Se trata de una pequeña cámara adosada a uno de los muros que cierran la primera sala hipóstila y la separan del patio. En la primera imagen veis el exterior de la cámara. La segunda y la tercera están tomadas en el interior con una linterna. En ellas veis al dios de la sabiduría y la escritura Thoth, y en la segunda, al final de la inscripción, el nombre de la cámara, pr-mDA.t, escrito con el signo de la casa (pr) y el rollo de papiro en su interior (mDA.t). En la cuarta foto tenéis un detalle de la parte superior de la puerta, donde está grabada una paleta de escriba con dos tinteros con el signo Sn (para más información sobre los tinteros y este signo, podéis acudir al siguiente post: https://www.facebook.com/egyptologicalbibliophile/photos/a.114187565624035.1073741828.106192123090246/385280471848075/?type=3&theater).





5: Representación de la Casa de la Vida en el papiro Salt 825, con Osiris momiforme en su interior. Fuente: R. Jasnow y K-Th. Zauzich (2014): Conversations in the House of Life. A New Translation of the Ancient Egyptian Book of Thoth. Wiesbaden: Harrassowitz Verlag, p. 44, fig. 14.




Sunday, 16 April 2017

¡Un libro enterrado a los pies de la estatua de Anubis! Una referencia egiptológica real oculta en La Momia (1999)

Evelyn en la vida real...

Ésta es más o menos mi cara de emoción cada vez que consigo descifrar un signo nuevo en los papiros que estudio (Copyright: Universal Studios)

Hace unos días, en mi página en Facebook, os comenté que una de las películas que me marcaron desde jovencita fue La Momia (1999) (podéis leer el post aquí). Como os decía allí, cuando salí del cine a los 12 años me propuse (más aún, pues por entonces ya estaba enamorada de Egipto) convertirme en una Evelyn real, trabajar en Egipto, y ser capaz de "leer y escribir jeroglíficos y hierático", como dice ella en la escena de la biblioteca al comienzo de la película. Desde entonces, y a medida que fui aumentando mis conocimientos egiptológicos, he ido escudriñando la película plano a plano, descubriendo toda una serie de detalles que suelen pasar desapercibidos. Pese a las licencias cinematográficas propias de cualquier producción de Hollywood, el equipo que hizo la película contó con asesoramiento egiptológico, y al parecer algunos detalles más "especializados" entraron en el guión final de la película. El más evidente es la introducción de diálogos en lengua egipcia, que fueron traducidos por el egiptólogo Stuart Tyson Smith, el mismo que tradujo también los diálogos en la secuela, El Regreso de la Momia (2001) y anteriormente Stargate (1994) [1]. Hoy os quiero traer un detalle que podría parecer una invención de la película, pero que tiene raíces puramente egipcias.

Situemos la escena

Si recordáis la película, la introducción de la misma tiene lugar en el Egipto del Reino Nuevo, y nos muestra el asesinato ficticio del rey Seti I por su sumo sacerdote Imhotep [2] y la concubina real Anakhsunamun [3]. Tras ser descubiertos, ella se quita la vida, e Imhotep huye con sus sacerdotes, roba su cuerpo, y prepara un ritual para devolverle la vida [4]. Este ritual es interrumpido por la guardia del rey e Imhotep y sus sacerdotes son condenados a ser momificados en vida. Imhotep es depositado en un sarcófago con escarabajos comedores de carne, encerrado, y enterrado bajo una estatua de Anubis. Y aquí está el elemento que hemos de recordar, la estatua de Anubis.

La guardia Medjai enterrando el sarcófago de Imhotep a los pies de la estatua de Anubis, cuya base podéis ver en la parte superior de la imagen (Copyright: Universal Studios)
Estatua de Anubis (Copyright: Universal Studios)
Estatua de Anubis durante la Batalla de Hamunaptra (Copyright: Universal Studios)

Cuando la película nos lleva a los años 20 del s. XX, aprendemos de Evelyn, nuestra bibliotecaria y aspirante a egiptóloga, que su sueño desde niña ha sido encontrar un libro (¡otra cosa que tenemos en común, yo siempre soñé con hallar papiros con textos perdidos!), el libro de Amón-Ra, que según la leyenda se encuentra enterrado en la Ciudad de los Muertos, Hamunaptra [5]. Este libro estaría enterrado, según Evelyn ha podido averiguar en sus investigaciones, bajo los pies de la estatua de Anubis. A medida que avanza la película, vemos que lo que descubren debajo de esta estatua es el sarcófago de Imhotep, y un cofre con cinco (?) vasos canopes y el Libro de los Muertos, que es, curiosamente, un libro en formato códice, y no un rollo de papiro como esperaríamos en el Reino Nuevo, ya que los primeros libros en formato códice aparecieron en el s. I d. C. [6]. Es interesante, no obstante, que la página de la que lee Evelyn, y que hace que Imhotep regrese a la vida, es una copia del capítulo 151 del Libro de los Muertos. En las imágenes inferiores podéis comparar una captura de pantalla de la película con una imagen de parte de dicho capítulo en el Libro de los Muertos de Ani, actualmente en el Museo Británico:

Libro de los Muertos siendo leído por Evelyn (Copyright: Universal Studios)
Facsímil de parte del capítulo 151 del Libro de los Muertos
de Ani, actualmente en el Museo Británico
(Fuente: O. Goelet, R. O. Faulkner, C. A. R. Andrews, et al. (2015, 3a ed.): The Egyptian Book of the Dead. The Book of Going Forth by Day, San Francisco: Chronicle Books, lam. 33-B)


Tras devolver a Imhotep a la vida y desencadenar las diez plagas bíblicas, Evelyn ha de solucionar la situación y, volviendo al Museo de El Cairo, descubre (leyendo una estela que recuerda ligeramente a la Piedra de Rosetta), que el Libro de Amón-Ra, necesario para devolver a Imhotep al inframundo, ha de encontrarse bajo los pies de la estatua de Horus. Pero, ¿qué es todo esto de que haya libros bajo las estatuas?

Evelyn descifrando la localización del Libro de Amón-Ra en una estela sospechosamente parecida a la Piedra de Rosetta
(Copyright: Universal Studios)


Libros enterrados bajo los pies de estatuas

Pese a que pudiera parecer un elemento creado apropiadamente para la película, lo cierto es que en los textos egipcios antiguos leemos ya sobre libros enterrados en distintos lugares, y entre ellos también bajo los pies de estatuas. De hecho, el presentar un texto como procedente de un manuscrito antiguo hallado entre las ruinas de un templo era una forma de darle prestigio. Ejemplos famosos de este recurso los tenemos en textos como el Libro de los Muertos, en los capítulos 30B, 64, 137A o 148, cuyo texto dice que fueron encontrados por el príncipe Hordedef, hijo de Khufu, en tiempos del rey Menkaure. Además, el capítulo del Libro de los Muertos Pleyte 166 dice haber sido encontrado alrededor del cuello de la momia de Usermaatre, es decir, de Ramsés II. Estas atribuciones, obviamente, tenían como objetivo dar pedigree a los manuscritos, y no debemos asumirlas como reales. Pero pasemos al texto que nos ocupará hoy:

P. Berlin 3038, columna 15 (Fuente: http://www.medizinische-papyri.de)

En la imagen superior podéis ver una fotografía de la columna 15 del papiro médico P. Berlin 3038, también llamado Papiro Brugsch, ya que fue el egiptólogo Heinrich Brugsch quien primero lo describió. Este papiro, que data de la XIX dinastía (Reino Nuevo), está escrito en hierático, utilizando tinta negra para el cuerpo del texto, y roja para destacar el comienzo de cada parte. Nos vamos a centrar en la primera línea de esta columna, que corresponde a la fórmula §163a, y que os presento en la fotografía de la edición de Wreszinski de 1909, que podéis descargar gratuitamente aquí. Debajo tenéis la transcripción jeroglífica de la línea.





El texto dice lo siguiente:

HA.t-a-m dmD.t n.t hA.t wxd.w gmj.t m sXA.w js.wt m hnw Xr.t-a Xr.j rd.wj jnpw

"Comienzo de la compilación de la retirada del dolor, encontrada en las antiguas escrituras en una caja de utensilios de escritura, bajo las piernas de una estatua de Anubis".

(Tanto la transliteración como la traducción son originales mías)

En otro papiro médico, el papiro Ebers, encontramos también otra fórmula hallada bajo los pies de una estatua de Anubis (columna 103, §856a). Volviendo a P. Berlin 3038, el texto introducido por la frase que hemos leído fue supuestamente hallado en una caja para guardar los utensilios del escriba escondida bajo las piernas de una estatua del dios Anubis. En la película de La Momia vemos cómo en la base de la estatua de Anubis se halla un arcón en el que se encuentra el Libro de los Muertos y los vasos canopes de Imhotep:

Extracción del arcón que contiene el Libro de los Muertos y los vasos canopes de Imhotep. La base de la estatua se encuentra al fondo de la imagen  (Copyright: Universal Studios)

Desconozco si la introducción de este detalle en la película fue a propósito, derivada del asesoramiento egiptológico, o si se trata de una afortunada casualidad, pero la localización del Libro de los Muertos bajo la estatua de Anubis en La Momia, como hemos podido comprobar, responde por completo a la tradición egipcia antigua real. Es un detalle, no obstante, que pasará desapercibido a todo aquél que no esté familiarizado con los textos egipcios antiguos.




NOTAS

[1] Si queréis saber más sobre el proceso que el profesor Stuart Tyson Smith siguió para la traducción, podéis leer un artículo al respecto en el siguiente enlace. Aparece en la parte inferior de la página, en seis páginas escaneadas.

[2] El más famoso Imhotep (ij-m-Htp, cuyo nombre significa "aquél que viene en paz") fue el arquitecto de la pirámide escalonada de Saqqara (reinado de Djeser, III dinastía). Fue considerado, junto con Amenhotep hijo de Hapu, uno de los mayores sabios a lo largo de la historia egipcia, y fue convertido ya en la antigüedad en un personaje de ficción, protagonista de al menos un relato demótico, en el que se enfrenta, anacrónicamente, a una hechicera asiria (P. Carlsberg 85).

[2] Ésta es la vocalización sugerida en la película para el nombre anx⸗s-n-jmn, cuyo significado es "Ella vive para Amón".

[3] Este tipo de rituales mágicos aparecen a menudo en la literatura egipcia, especialmente en la demótica, así como en los papiros mágicos, pero generalmente era un regreso a la vida muy breve, para revelar las circunstancias de su muerte.

[4] Pese a que Hamunaptra no es un nombre egipcio, sí que es una ciudad real, pero perteneciente a otra cultura, la cultura del Valle del Indo. Su nombre significa "Ciudad del Hombre Muerto", y fue hallada en la década de los 50 del siglo XIX. Curiosamente, en 2009 escribí un post al respecto en el foro de Amigos de la Egiptología, bajo el pseudónimo de Evelyn. Lo podéis leer aquí.

[5] En otro post quiero hablaros de algunos de estos primeros códices, los textos gnósticos de la llamada biblioteca de Nag Hammadi.

Monday, 14 November 2016

¿Era la escritura jeroglífica una escritura mitológica y metafórica? Un ejemplo de escritura enigmática egipcia del Libro de Nut

Para muchos, casi 200 años después del genial desciframiento de la escritura jeroglífica por Jean-François Champollion, este sistema de escritura es todavía considerado misterioso, una serie de signos que ocultan verdades universales sólo accesibles a unos pocos iniciados. Mientras que cualquiera que haya estudiado, aunque sea de forma introductoria, lengua egipcia antigua sabe que la escritura jeroglífica no es más que un sistema de escritura para poner por escrito una lengua, ¿de dónde procede esta visión de la escritura jeroglífica? Y lo que es más importante, ¿hay algo de cierto en ella? 

Imagen de la diosa Nut a punto de ingerir el disco solar alado, en el techo de la sala hipóstila del templo de Dendera. Tras el abandono del templo numerosos incendios cubrieron de hollín el techo del templo, que ha sido limpiado y conservado en estos últimos años. Un ejemplo de las condiciones en las que estaba se puede ver en el rectángulo dejado sin limpiar en esta imagen, en el que apenas se distingue a una deidad sobre una barca, como las otras que le siguen [Fuente: (c) Mikhail Kokhanchikov]


Esta visión de la escritura jeroglífica existió en Europa desde la Edad Media, y especialmente el Renacimiento, en que muchas obras del pasado grecorromano se redescubrieron, poniendo ‘de moda’ ciertos aspectos del Egipto antiguo, entre ellos los enigmáticos jeroglíficos. Entre estas obras se encontraba la llamada Hieroglyphika (“Jeroglíficos”) de Horapollo, hallada en 1419 en la isla griega de Andros por el viajero florentino Cristóforo Buondelmonti. El manuscrito llegó a Florencia en 1422, y fue impreso en griego por primera vez en 1505 por la imprenta de Aldo en Venecia, y traducido al latín y publicado en 1515. Esto hizo que el estudio de los jeroglíficos y la concepción de los mismos reflejada en este libro se popularizase, hasta el punto de que durante el Renacimiento se comenzaron a crear inscripciones jeroglíficas ficticias para decorar monumentos. En la introducción de Hieroglyphika se indica que la obra fue escrita en lengua egipcia originalmente por Horapollo de Nilópolis, probablemente un sacerdote egipcio del s. V d. C. La obra consta de dos libros, de 70 y 119 capítulos, cada uno de los cuales trata sobre un signo, proporcionando una interpretación alegórica del mismo. Pese a que un importante número de los significados que proporciona son correctos, la forma en que estos significados son derivados, siempre de forma alegórica según Horapollo, no es correcta según nuestro conocimiento actual del sistema jeroglífico. 

Los autores griegos, ya desde Heródoto, se interesaron por la escritura jeroglífica, pero ninguno de ellos profundizó realmente en su estudio (algo que no ha de sorprendernos, ya que en la segunda mitad del primer milenio a. C., y especialmente durante el periodo grecorromano, sólo un grupo selecto de sacerdotes egipcios dominaba esta escritura). Las descripciones que encontramos en estos autores, con distinto grado de detalle, no entran, no obstante, en demasiados detalles. Una barrera que no pudieron cruzar fue la estrecha vinculación que existe entre la escritura jeroglífica y la lengua egipcia, por lo que sin un conocimiento de la segunda es imposible entender el funcionamiento de la primera. Su carácter iconográfico llevó invariablemente a la conclusión de que se trataba de símbolos, cada uno de ellos con un valor alegórico y no fonético. Existen algunas excepciones, y en el Filebo de Platón, cuando describe la creación de las “letras” (γράμματα) por Thoth, se habla de elementos fonéticos. Clemente de Alejandría, en el s. II d. C., sugiere también la existencia de signos fonéticos, pero habla también sobre el valor mitológico y metafórico de los jeroglíficos, como lo había hecho Plutarco en su De Isis y Osiris

Edición de la obra Hieroglyphika de Horapollo con el texto en griego y latín, impresa en Roma en 1599 bajo el título de Hori Apollinis selecta hieroglyphica. Imagines vero cum priuilegio. Actualmente se conserva en la biblioteca del Museo de Brooklyn [Fuente: https://www.brooklynmuseum.org/opencollection/archives/image/39851]


¿Vinieron todas estas ideas, perpetuadas en Europa hasta el desciframiento de Champollion, de una concepción errónea de la escritura jeroglífica por parte de los autores grecorromanos? Es importante, cuando utilizamos fuentes grecolatinas para entender el Egipto antiguo, que las estudiemos dentro de su contexto, y del contexto del Egipto del periodo en el que fueron escritas. En numerosos artículos podemos encontrar un uso irreflexivo de fuentes como Heródoto y Diodoro para tratar aspectos del Egipto de, por ejemplo, el Reino Antiguo, sin atender a que el primero escribió durante el s. V a. C., y por tanto el Egipto que conoció fue el de ese periodo, y lo mismo ocurre con Diodoro, que además de utilizar los datos de Heródoto, incorpora elementos propios de su época, el s. I a. C. Así pues, si desconocemos cuál era la concepción que existía en Egipto de su propia historia en ese momento (y para esto tenemos que acudir a las fuentes demóticas), o de la escritura jeroglífica, como es el caso que nos ocupa, difícilmente podremos evaluar la veracidad de lo que dicen estos autores, y los tacharemos simplemente de inventar cosas, o de haber sido engañados por los sacerdotes egipcios. Un buen historiador no puede aceptar un análisis tan simplista [espero volver sobre este tema en futuros artículos aquí, si os resulta interesante].

Volviendo a la escritura jeroglífica, lo cierto es que la descripción de la misma por parte de estos autores griegos como metafórica y mitológica en realidad refleja una forma particular de la escritura jeroglífica que se desarrolló ya en el Reino Antiguo, pero que tuvo su primer auge en el Reino Nuevo, y sobre todo durante la Época Tardía, y el Periodo Grecorromano, durante el que alcanzó cotas altísimas de complejidad. Esta forma de la escritura jeroglífica ha sido catalogada como “criptografía”, y consistía en la obtención de nuevos valores para los signos basados en distintas técnicas, como la selección en signos que representan varios fonemas de únicamente uno de ellos, generalmente el primero (acrofonía), o la sustitución de un signo común por otro que representa otra versión del mismo objeto, por otro vinculado a él por algún motivo mitológico, o por otro cuyo valor fonético es el mismo. También se recurrió a la fusión de varios signos para componer otros nuevos combinando sus valores. Así pues, un texto podía contener varias interpretaciones al mismo tiempo. Esto, que parece complicado, quedará más claro si vemos un bonito ejemplo procedente del llamado Libro de Nut, un tratado cosmográfico sobre el movimiento del sol, la luna, y otros cuerpos celestes, desde una perspectiva mitológica. Este texto aparece por primera vez en el Osireion de Abydos de Seti I, por tanto en el Reino Nuevo, y fue copiado parcialmente en la tumba de Ramsés IV en el Valle de los Reyes. Conservamos copias del texto también en papiros hieráticos y demóticos de época romana. La datación original de la composición ha sido objeto de debate, y mientras que algunos consideran que se puede remontar al Reino Antiguo, otros indican que no puede ser anterior al Reino Medio. 

Representación del Libro de Nut en el techo de la cámara funeraria de la tumba de Ramsés IV, en el Valle de los Reyes. Las columnas de texto se encuentran bajo el cuerpo arqueado de la diosa, que tiene un sol alado (parte superior) frente a su boca, a punto de ingerirlo [Fuente: Getty Images, fotógrafo: Sandro Vanini]


Pero antes un poco de mitología. Nut era la diosa egipcia del cielo, representada generalmente como una mujer arqueada sobre la tierra, con su cuerpo cubierto de estrellas. Es una de las diosas más antiguas del panteón egipcio, y aparece ya en los Textos de las Pirámides incorporada a la Enéada Heliopolitana. En ella su papel principal es como madre de Osiris, Isis, Seth, y Nefthys. En asociación a este papel de madre aparece descrita en los Textos de las Pirámides como una gran vaca celeste, que amamanta al rey, representación que perdurará hasta la época grecorromana, como podemos ver en el templo de Dendera, en que es asociada a la diosa Hathor. Como madre, ejerce la protección de sus hijos, y en particular de su hijo Osiris cuando éste fue atacado por Seth. En el encantamiento 427 de los Textos de las Pirámides leemos una recitación para que Nut proteja a su hijo Osiris, en este caso encarnado en el rey, y lo coloque en su cuerpo como estrella imperecedera. Esta idea de entrar en el cuerpo de la diosa Nut aparece también en la teología solar, en la que el sol es tragado por la diosa Nut al atardecer, y renace cada amanecer del cuerpo de la diosa. La combinación de estas dos ideas, osiríaca y solar, que ocurrió principalmente durante el Reino Nuevo, dio lugar a la imagen de la diosa Nut como cerda que devora a sus lechones, que podemos ver en algunos amuletos. Los egipcios se dieron cuenta de que en situaciones de peligro, las madres podían devorar sus propios lechones, y asociaron este comportamiento a la teología de la diosa Nut. 

Este amuleto de fayenza muestra a una cerda con cuatro cerditos mamando. En el texto jeroglífico que aparece en la base, podemos leer: "Palabras dichas por la gran Nut, madre del dios. (Ella) dice: Yo soy ...". Así pues, la figura aparece claramente identificada como la diosa Nut. [Fuente: no he podido encontrar ningún dato sobre la actual localización de este amuleto, la imagen la he tomado de Pinterest. Por favor, si alguien identifica algo más al respecto, pido me lo indique en un comentario. ¡Gracias!]

Esto nos ayuda a comprender una de las frases que aparecen en el Libro de Nut. El texto jeroglífico es el siguiente:



En él vemos la partícula i͗w seguida de un cerdo (signo E12 de Gardiner), el buitre (signo G14), y una estrella seguida del trazo ideográfico (signo N14+Z1). ¿Cómo hemos de interpretar esta frase? Los que sepáis lengua egipcia os habréis dado cuenta de que se trata de un texto peculiar. En este caso, hemos de acudir al valor fonético del signo del cerdo, šꜣi͗, y del buitre, mw.t, y tomar de cada uno de ellos el primer fonema, con lo que tenemos šm, el verbo “ir”. La estrella ha de leerse según su valor normal, sbꜣ, “estrella”. Así pues, la frase se traduce como “una estrella va”. 

¿Es esto todo lo que podemos leer en esta frase? No, los escribas que compusieron el texto escogieron los signos de forma muy precisa. Existen muchos otros signos que contienen los fonemas š y m, y el signo del cerdo no es excesivamente común. Tengamos en cuenta que el contexto de la frase es una composición que trata sobre la concepción egipcia del firmamento, que aparece inscrita en algunas de sus atestiguaciones junto a la gran figura de la diosa Nut arqueada sobre el cielo. La selección de los signos no es casual, sino que en paralelo al significado del texto a partir de la lectura fonética del mismo, nos ofrece otro nivel de significado, en este caso visual (o metafórico y mitológico, como decían los autores griegos), en el que tenemos el signo del cerdo, y el buitre, cuyo significado es “madre”. Así pues, tenemos aquí una alusión a Nut como madre en forma de cerda, que devora sus lechones, en este caso las estrellas. 

En conclusión, cuando analizamos lo que los autores grecolatinos nos dicen sobre la escritura jeroglífica, o lo que Horapollo describe en su Hieroglyphika, hemos de tener en cuenta que en época romana la escritura jeroglífica había quedado limitada únicamente al ámbito de los templos, y era conocida por un porcentaje muy reducido del sacerdocio egipcio, que empleaba el demótico como escritura normal para documentos, textos literarios, e incluso composiciones funerarias y religiosas en época romana, y el hierático (que debe su nombre a que era una escritura en este momento únicamente sacerdotal, limitada a textos religiosos y funerarios). Las inscripciones de los templos egipcios de época grecorromana (los que se suelen visitar en los viajes a Egipto: Edfu, Dendera, Esna, Philae, entre otros) están escritas en lo que llamamos “jeroglíficos ptolemaicos”, que siguen los principios de la escritura “criptográfica” o “enigmática” que he explicado arriba. Así pues, no resulta sorprendente que los viajeros griegos y romanos, pero también autores como Horapollo, describiesen la escritura jeroglífica como mitológica y metafórica, ya que, de algún modo, lo era. 

Para saber más: 

DARNELL, J. C. (2004): The Enigmatic Netherworld Books of the Solar-Osirian Unity. Cryptographic Compositions in the Tombs of Tutankhamen, Ramesses VI and Ramesses IX, Friburgo: Academic Press Fribourg. Vandenhoeck & Ruprecht Göttingen.

HORNUNG, E. (2001): The Secret Lore of Egypt. Its Impact on the West, Ithaca y Londres: Cornell University Press.

IVERSEN, E. (1961): The Myth of Egypt and its Hieroglyphs in European Tradition, Princeton: Princeton University Press.