La Egiptología es una disciplina que goza en todo el mundo de un gran interés por parte del público en general. Las publicaciones divulgativas sobre la historia del país del Nilo desaparecen rápidamente de las estanterías de quioscos y librerías, los documentales son consumidos con avidez, y las salas de conferencias se llenan de personas amantes de esta cultura, con ganas de aprender más sobre ella. No obstante, en el caso de España el interés general por la Egiptología no ha ido acompañado, por distintos motivos históricos, de un desarrollo de la disciplina a nivel académico equivalente al existente en otros países. Por ello, pese a que el acceso a publicaciones egiptológicas y otros materiales de carácter más o menos divulgativo se ha hecho cada vez más sencillo gracias, sobre todo, a Internet, el estudiante que se plantea la Egiptología como algo más que una afición se suele ver sumergido en un mar de dudas sobre el camino a seguir para conseguir su objetivo. Las siguientes líneas pretenden aportar un poco de luz sobre las opciones disponibles hoy en día para el aspirante a egiptólogo profesional, y se fundamentan totalmente en mi experiencia personal en los años que llevo dedicada a esta disciplina. Son por tanto subjetivas, y otros podrán aportar perspectivas distintas.
1. REQUISITOS PARA SER EGIPTÓLOGO Como en cualquier disciplina, ya sea científica o humanística, existen una serie de conocimientos y habilidades necesarios para el correcto desempeño de la misma. En el caso de la Egiptología, una orientación sobre cuáles son estos requisitos nos la dan, por ejemplo, los planes de estudios de los programas de doctorado en Egiptología que se ofrecen en distintas universidades a nivel mundial. Como se verá más adelante (punto 3), antes de acceder al status de estudiante de doctorado en Egiptología, las universidades que ofrecen programas de postgrado (“graduate studies” en inglés) en Egiptología requieren que sus alumnos aprueben una serie de exámenes que demuestran que cuentan con los conocimientos necesarios en distintas áreas de la disciplina para afrontar y completar con éxito una investigación, como es la elaboración y redacción de una tesis doctoral. Estos requisitos se dividen generalmente en tres áreas. 1.1 Lenguas modernas La Egiptología, debido a su evolución histórica como disciplina académica, tiene como lenguas oficiales para sus publicaciones científicas el inglés, el francés y el alemán. El conocimiento de estas lenguas, a un nivel avanzado en el caso de al menos una de ellas, y a nivel de lectura por lo menos en el caso de las otras dos, es necesario para poder acceder a la bibliografía egiptológica de todos los periodos. A diferencia de lo que ocurre en disciplinas científicas como puedan ser las matemáticas o la medicina, en Egiptología las publicaciones de hace dos siglos siguen siendo en muchos casos totalmente vigentes, y necesarias para cualquier investigación, y generalmente no existe ninguna posibilidad de que estén traducidas a otras lenguas. En el caso de las publicaciones especializadas modernas ocurre algo similar, ya que las tiradas suelen ser cortas, y por tanto no compensa a las editoriales realizar traducciones. Un ejemplo de esto son los principales diccionarios de lengua egipcia, como el Wörterbuch der ägyptische Sprache, en seis volúmenes, que aún hoy es el diccionario más completo existente para esta lengua, y que está escrito en alemán. Algunas áreas dentro de la Egiptología cuentan con bibliografía escrita en una lengua en particular, debido a que existe una tradición de investigadores de determinadas regiones o universidades dedicados a su estudio en particular. Así pues, la filología o la religión egipcia cuentan con un gran porcentaje de bibliografía en alemán, mientras que las inscripciones ptolemaicas han sido publicadas tradicionalmente por egiptólogos franceses, aunque en los últimos años se están añadiendo numerosas publicaciones fundamentales en esta área en lengua alemana. Algunas otras lenguas, por contacto con otras disciplinas, son también utilizadas en la publicación de determinados trabajos. Por ejemplo, los estudios de textos demóticos procedentes de excavaciones arqueológicas italianas han sido publicados en italiano, algo que no debería sorprendernos debido al contacto de los estudios demóticos con la papirología griega, donde el italiano es una de las lenguas científicas. En resumen, el aspirante a egiptólogo ha de ser consciente de que tarde o temprano deberá enfrentarse al aprendizaje de estas lenguas, por lo que es recomendable iniciarlo lo más pronto posible. En el caso de algunos programas de doctorado, el conocimiento de estas lenguas es evaluado mediante exámenes, y no se permite acceder a la fase de redacción de la tesis doctoral hasta que estos exámenes han sido realizados con éxito. 1.2 Lenguas antiguas Afortunadamente para los estudiosos del Egipto antiguo, esta civilización nos ha legado un volumen inmenso de textos que nos permiten acceder al conocimiento de muchos aspectos de su historia, cultura, sociedad, etc. Estos textos están escritos en diversas lenguas, y en diferentes escrituras, que el egiptólogo ha de conocer. Debido precisamente al carácter ubicuo de los textos en la cultura egipcia, la formación de los egiptólogos tiene una importante base filológica. Así pues, todo egiptólogo, esté o no especializado en lengua egipcia, ha de estudiar todos los estadios por los que pasó la lengua egipcia en su evolución histórica (egipcio antiguo, egipcio medio, neoegipcio, demótico y copto). La lengua egipcia fue escrita en cuatro escrituras diferentes, la jeroglífica, la hierática, la demótica, y la copta, que es el alfabeto griego más la incorporación de una serie de signos procedentes del demótico para designar sonidos inexistentes en la lengua griega. El egiptólogo ha de conocer también estas escrituras para poder leer los textos en su formato original. Además del egipcio antiguo, el aprendizaje de otras lenguas antiguas es recomendable, y en algunos casos fundamental, en función de cuál sea el ámbito de especialización por el que se opte. En el caso del estudio del Egipto del Reino Nuevo, es interesante el conocimiento del acadio, ya que permite acceder a toda la documentación diplomática de la época, escrita en esta lengua. En el caso del estudio del primer milenio a. C., y especialmente de la Baja Época, el estudio del arameo es también interesante, ya que ésta fue durante ese periodo la lengua de la administración del Egipto dominado por los persas. Para el estudio del Egipto grecorromano, el conocimiento de griego es fundamental, ya que ésta será la lengua de la administración, al estar integrado Egipto en el contexto helenístico. Con la conquista romana, Egipto seguirá manteniendo el griego como lengua administrativa, y el latín aparece en el registro papirológico de forma marginal. 1.3 Disciplinas dentro de la Egiptología Además de la dedicación al estudio de la lengua egipcia y otras lenguas antiguas, el egiptólogo ha de formarse en otros aspectos de la disciplina, como son el arte, la historia, o la arqueología del Egipto antiguo. Es innegable que las disciplinas que se encuadran dentro del estudio de cualquier civilización antigua son innumerables, y que un único investigador no puede formarse en todas ellas. No obstante, es necesario que el aspirante a egiptólogo tenga por lo menos un conocimiento de base de estas disciplinas, que en muchos casos se entrelazan en la investigación, aportando datos complementarios. Además de esta formación de base, el egiptólogo se especializa en un aspecto concreto, como puede ser el estudio histórico del Egipto de un periodo determinado, el análisis del arte de una época en concreto, o una de las fases de la lengua y escrituras egipcias. La especialidad en estas disciplinas dentro de la Egiptología implica, además, la adquisición de conocimientos superiores en disciplinas como la Historia del Arte, la Historia, o la Arqueología (muchos egiptólogos realizan estos estudios a nivel de grado, y después se especializan en Egiptología a nivel de postgrado). Además del estudio del Egipto antiguo, el aspirante a egiptólogo deberá conocer la historia del Próximo Oriente antiguo y del Mediterráneo, ya que se trata de áreas en continuo contacto, y con continuas influencias. Muchos programas de estudios en Egiptología ofrecen asignaturas de historia del Próximo Oriente, así como de las lenguas de estas regiones. 2. POSIBILIDADES EN ESPAÑA PARA ESTUDIAR EGIPTOLOGÍA Una vez enumeradas de forma breve las áreas de estudio dentro de la Egiptología, surge la pregunta de cómo y dónde puede un aspirante a egiptólogo formarse en todos estos campos. Tradicionalmente, como se ha apuntado arriba, España no ha sido uno de los países de desarrollo de la Egiptología como disciplina académica. No obstante, en los últimos años las posibilidades de formación en nuestro país se han multiplicado, tanto en cantidad como en calidad, y es posible realizar estudios a distintos niveles. Al margen de los innumerables cursos y eventos dirigidos al público en general que tienen lugar en muchas ciudades, disponemos hoy en día de posibilidades a nivel universitario. En primer lugar cabe destacar que la carrera de Egiptología a nivel de grado no existe en España. Esto, que podría parecer un gran inconveniente, no lo es tanto si se mira con perspectiva. En muchos países, como por ejemplo en Estados Unidos, los estudiantes realizan estudios de grado en una disciplina relacionada, y efectúan la transición a la Egiptología a nivel de postgrado. Así pues, los programas de postgrado en estos lugares están diseñados a modo de “segunda carrera” o máster intensivo, donde se proporciona toda la formación necesaria para ser egiptólogo. Volviendo a España, los estudios de grado más recomendables para después continuar con estudios de Egiptología son los de Historia o Arqueología, en función de cuáles sean los intereses del aspirante a egiptólogo, pero también son interesantes los de Filología Clásica, o incluso disciplinas científicas, ya que muchos investigadores se especializan en el estudio de elementos como los restos humanos o animales. Durante el desarrollo de sus estudios de grado, el aspirante a egiptólogo dispone hoy en día de acceso en muchas universidades y centros académicos a cursos de lengua egipcia u otras lenguas antiguas, así como seminarios especializados en Egipto y en la historia del Próximo Oriente antiguo. Es interesante que el estudiante se forme en estos ámbitos (y en lenguas modernas, como se ha indicado arriba), durante el estudio del grado, ya que podrá conocer con más exactitud qué áreas de especialización le interesan más, y podrá acceder con mayor facilidad a los estudios a nivel de postgrado. Esto se debe a que, por una parte, muchos programas de postgrado en Egiptología presentan requisitos de acceso como son el conocimiento del egipcio medio, y por otra, estos programas tienden a ser muy competitivos en cuanto al acceso a las plazas, por lo que cuanto mejor sea la formación de base del estudiante, más posibilidades tendrá de ser admitido en el programa. A nivel de postgrado, existe hoy en día en España el Máster y Programa de Doctorado en Egiptología ofrecido por la Universidad Autónoma de Barcelona, que ha dado lugar ya a varias promociones de investigadores que han realizado y están realizando sus tesis doctorales, y que en muchos casos se han incorporado a proyectos de investigación nacionales e internacionales. Otras universidades dispones de másters propios en Egiptología. Esto significa que son títulos de máster que no dan acceso a doctorado, algo a tener muy en cuenta, ya que para dedicarse a la Egiptología de forma profesional uno ha de tener el doctorado. 3. ESTUDIOS EN EL EXTRANJERO Como decíamos antes, España se ha incorporado a la Egiptología académica con posterioridad a otros países, y por ello, en nuestro país, esta disciplina es todavía joven. Pese a los muchos y excelentes avances llevados a cabo en los últimos años, la especialización en algunas áreas de la Egiptología no es todavía posible en España por falta de especialistas y de bibliotecas que dispongan de suficientes fondos. En otros casos, un determinado estudiante puede querer formarse bajo la tutela de un profesor en particular, debido a su especialidad. Así pues, los estudios en el extranjero siguen siendo un camino importante, y a veces imprescindible, en la formación del aspirante a egiptólogo. Dar el “salto” fuera del país es una opción complicada, ya que implica muchos sacrificios a distintos niveles, pero no se trata de algo único de la Egiptología, sino de una transición necesaria en gran parte de disciplinas académicas y científicas. Para ayudar en este salto existen toda una serie de becas destinadas a ayudar en la financiación y organización administrativa de la documentación necesaria para realizar este tipo de estudios. Además, muchas universidades (actualmente todas las que ofrecen programas de doctorado en Egiptología en Estados Unidos) ofrecen financiación a todos los estudiante a los que admiten en sus programas (esto tiene el contrapunto de que las admisiones se suelen limitar a uno o dos estudiantes por año, ya que además han de mantenerse clases reducidas para poder proporcionar una enseñanza de calidad). A la hora de decidir dónde realizar los estudios de postgrado, uno ha de plantearse una serie de cuestiones: - En primer lugar, la lengua en la que se realicen estos estudios, en la que el estudiante deberá tener un nivel similar al bilingüe, ya que deberá atender y participar en clases, redactar trabajos, hacer exámenes, participar en congresos, y redactar finalmente su tesis doctoral, en esa lengua. El conocimiento del idioma se certifica mediante la realización de un examen reglado, que generalmente viene especificado en los requisitos de acceso de cada universidad.
- En segundo lugar, los requisitos de entrada para el programa (en Estados Unidos es necesario hacer un examen de acceso a los estudios de doctorado, el GRE, que se debe realizar con antelación al envío de las solicitudes de admisión a las universidades). Hay países en los que los estudios de Egiptología se inician normalmente a nivel de grado, por lo que para hacer un postgrado es necesario tener la titulación de grado en Egiptología, puesto que los conocimientos impartidos en él no se vuelven a impartir en el postgrado. En este caso, se puede considerar la realización del grado, y después del postgrado, aunque esto puede conllevar un mayor periodo de tiempo.
- En tercer lugar, según la especialidad que uno quiera realizar, elegirá una universidad u otra, dependiendo del contenido de los programas ofrecidos, así como de los profesores que impartan las clases. Por ello, es interesante que el estudiante se haya familiarizado con las distintas áreas de la Egiptología, así como con los nombres de los investigadores dedicados a ellas, y en qué consiste su trabajo.
Con respecto al carácter de estos programas de doctorado, en Estados Unidos, por ejemplo, suelen tener una duración de cinco años, con posibilidad de extensión. Pese a que cada universidad tiene su sistema, generalmente durante los tres primeros años se reciben clases intensivas de todas las fases de la lengua egipcia y todas sus escrituras, así como de otras lenguas, historia de Egipto, arte, arqueología, historia del Próximo Oriente, y otros aspectos de la cultura egipcia. Tras completar las clases, el estudiante ha de realizar exámenes de todas estas áreas, incluidas todas las fases de la lengua egipcia, para acceder al nivel de redacción de la tesis doctoral, en el que realiza su propuesta de tesis y se dedica durante el resto del tiempo que le queda a completarla. Muchas universidades no ofrecen la posibilidad de realizar únicamente un máster, sino que los programas de postgrado en Egiptología van orientados al doctorado. En países europeos el marco de enseñanza en Egiptología está siendo poco a poco adaptado al plan general que se ha implantado también en España, con su sistema de grado, máster y doctorado. Así pues, muchas universidades ofrecen másters en Egiptología, o en aspectos concretos de la Egiptología, así como programas de doctorado. Dada mi experiencia personal, limito la información principal a Estados Unidos, que es el ámbito que de momento mejor conozco, pero dejo abierta la puerta a sugerencias por parte de egiptólogos que se hayan formado o estén formándose en otros lugares. 4. ACTIVIDAD AUTODIDACTA Dada la gran cantidad de áreas en las que un egiptólogo ha de formarse, en ocasiones parte de esta formación se puede al menos iniciar de forma autodidacta. El acceso a publicaciones egiptológicas a través de recursos online y de librerías internacionales permite que el estudiante interesado pueda adquirir bibliografía especializada y comenzar a estudiar distintos aspectos del Egipto antiguo por su cuenta. A continuación se recomiendan algunos títulos generales con los que empezar a estudiar: Allen, J. P. (2010): Middle Egyptian. An Introduction to the Language and Culture of Hieroglyphs, Cambridge: Cambridge Univesity Press. [Uno de los manuales en lengua inglesa para el estudio de la lengua egipcia clásica, el egipcio medio]. Bard, K. A. (2007): An Introduction to the Archaeology of Ancient Egypt, Hoboken, NJ: Wiley-Blackwell. [Estudio general de la arqueología del Egipto antiguo a lo largo de su historia]. Collier, M. y Manley, B. (2007): Introducción a los jeroglíficos egipcios, Madrid: Alianza Editorial. [Excelente introducción al estudio de la lengua egipcia y la escritura jeroglífica, que proporciona una base desde la que acometer el estudio de las gramáticas clásicas]. Robins, G. (2008): The Art of Ancient Egypt, Cambridge, MA: Harvard University Press. [Manual general sobre la evolución del arte egipcio]. Shaw, I. (ed.) (2010): Historia del Antiguo Egipto, Madrid: La Esfera de los Libros. [Manual básico de historia de Egipto utilizado como libro de texto a nivel universitario]. Wilkinson, R. H. (2003): Todos los dioses del Antiguo Egipto, Madrid: Oberón. [Interesante introducción a la religión egipcia y a sus dioses]. 5. CONCLUSIONES El camino expuesto en las líneas anteriores puede parecer largo y difícil. Nadie ha de engañarse, ya que es tanto lo uno como lo otro. No obstante, es también un camino fascinante, que pese a todas las dificultades proporciona una gran satisfacción a quien lo recorre, la satisfacción de poder convertir su pasión en su profesión. La Egiptología es una disciplina puramente vocacional, y al margen de lo dicho anteriormente, los verdaderos requisitos para llegar a ser egiptólogo son grandes dosis de entusiasmo, trabajo duro, y dedicación. La principal recompensa: el poder dedicarse al estudio de una de las civilizaciones más fascinantes que han existido sobre la Tierra.
[Escribí este artículo originalmente como colaboración en la página web de la Comunidad Fan de Indiana Jones en España, y puede consultarse todavía allí también: www.indianajones.es]
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