Monday 1 February 2016

Textos curiosos: ¿manos de elefantes?

Como os he comentado, este semestre estoy impartiendo dos asignaturas en la Johns Hopkins University, la segunda parte de la clase de lengua egipcia media que comencé el semestre anterior, en la que terminaremos de ver la gramática de James Allen, y traduciremos varios textos egipcios; y una clase de literatura egipcia antigua centrada en el estudio de la literatura demótica, probablemente la menos conocida no solo entre el gran público, sino también entre los egiptólogos no especialistas en demótico. Para impartir estas clases, cada semana preparo distintos materiales, como resúmenes y tablas gramaticales, actividades, etc. Durante la preparación de los materiales para esta semana en la clase de lengua, en la que veremos una forma verbal conocida como estativo, encontré una frase curiosa que quiero compartir con vosotros:

SETHE, K., Urkunden der 18. Dynastie (Leipzig: J. C. Hinrichs'sche Buchhandlung, 1907), vol. 3, IV 894.1.


Esta frase forma parte de la autobiografía de un oficial de época de Tutmosis III, llamado Amenemheb. Para quienes estáis interesados en lengua egipcia, la transliteración y traducción de la frase es la siguiente:

jnk Sad dr.t=f jw=f anx(.w) m-bAH Hm=f

"Yo fui aquél que cortó su mano, mientras él estaba vivo en presencia de su Encarnación"

A continuación os explico el análisis de la frase (quienes no estéis interesados en gramática egipcia, podéis pasar al siguiente párrafo): La frase está compuesta por dos partes. La primera es una oración nominal de estructura AB, en la que A es un pronombre independiente de primera persona singular (jnk "yo"), y B está compuesta por un participio perfectivo activo (Sad "aquél que cortó") seguido de un objeto directo con un pronombre sufijo posesivo de tercera persona masculina singular (dr.t=f "su mano"). La segunda parte es una oración subordinada adverbial, introducida por una construcción sujeto-estativo con sujeto pronominal introducido por la partícula jw, y el estativo del verbo anx (anx(.w) "él estaba vivo"). La frase termina con un complemento circunstancial introducido por la preposición compuesta m-bAH "en presencia de" seguida del sustantivo con pronombre sufijo posesivo de tercera persona masculina singular (Hm=f "su Encarnación").

El texto en el que se encuentra la frase, como he indicado arriba, es la autobiografía del oficial Amenemheb. Amenemheb acompañó a Tutmosis III en sus campañas en Oriente Próximo, cuyo relato conocemos a través de estelas de este monarca. En las estelas halladas en Armant y Gebel Barkal Tutmosis se vanagloria de haber matado 120 elefantes. Estos elefantes serían elefantes sirios, una variedad del elefante indio (Elephas maximus). Esta caza, al parecer, no fue siempre una hazaña sencilla, y la vida del rey estuvo en peligro al menos en una ocasión, si nos fiamos de lo que nos cuenta Amenemheb en su autobiografía. En la frase que nos ocupa, Amenemheb nos dice que cortó dr.t=f "su mano". La palabra dr.t en este caso hace referencia a la trompa del elefante, que este animal utiliza del mismo modo que los humanos utilizamos las manos. 

El elefante, tanto el africano como el asiático, no era desconocido para los egipcios antiguos. La isla de Elefantina en egipcio antiguo es llamada Abw, que es el término utilizado para designar a estos animales, así como al marfil procedente de ellos. Aquí tenéis las entradas para estas palabras en el Wörterbuch:

(Wb 1, 7.15-20)

En época prehistórica había elefantes africanos en territorio egipcio, y los vemos representados en paletas cosméticas, cerámica, pinturas rupestres, etc. además de estar atestiguados sus huesos en distintos yacimientos, como en Hierakómpolis, donde aparecen en un contexto ritual. Con el cambio climático que llevó a una mayor aridez del clima, los elefantes migraron hacia el sur. Egipto entró en contacto con el elefante sirio en el Reino Nuevo (Tutmosis I ya menciona campañas de caza como las indicadas anteriormente). Los elefantas formaron parte de los tributos venidos del Próximo Oriente, como podemos ver en las representaciones de la tumba de Rekhmire. Más tarde, tras las campañas de Alejandro Magno, se incorporaron a los ejércitos helenísticos los elefantes indios, entrenados para participar en la guerra (los tanques de la época). Ptolomeo II comenzó a entrenar elefantas africanos para participar en la guerra, capturándolos en el territorio de Meroe y en la costa del Mar Rojo. No obstante, estos elefantes fueron menos efectivos que los indios, y la práctica fue abandonada en reinado de Ptolomeo V.

Dibujo de Nina de Garis Davies del elefante de la tumba de Rekhmire (Fuente: Metropolitan Museum of Art http://www.metmuseum.org/collection/the-collection-online/search/544615)

Referencia:

STÖRK, L., "Elephants" en D. REDFORD (ed.), The Oxford Encyclopedia of Ancient Egypt (Oxford: Oxford University Press, 2001), vol. 1, p. 467.

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