Monday, 23 March 2020

LA LLAVE DE HAMUNAPTRA, ¿INSPIRADA EN UN RELOJ DE SOL DEL S. XVI? 🌟

[Nota inicial: la llave de Hamunaptra no es un objeto egipcio real. He visto que muchos lo habéis preguntado a través de redes sociales]


En estos días de confinamiento casero, un buen pasatiempo es desempolvar algunas de nuestras películas favoritas para disfrutarlas de nuevo. Y si hablamos de apasionados de la Egiptología, que sois quienes soléis visitar mi blog, es muy probable que entre estas películas se encuentre La Momia (1999). En dos posts anteriores os hablé ya de algunos detalles egiptológicos de estas películas, que podéis releer en los siguientes enlaces:

1- ¡Un libro enterrado a los pies de la estatua de Anubis!

2- Hierático en La Momia (1999): "La muerte es sólo el principio"

Hoy os traigo otro tipo de curiosidad, no precisamente egiptológica en esta ocasión, pero espero que os resulte interesante igualmente. Hace unas semanas, antes de que comenzase esta locura en la que nos vemos sumidos, fui invitada a impartir una conferencia en Oxford.

Puente de los Suspiros, al atardecer.

Decidí entonces aprovechar y pasar unos cuantos días en la ciudad (que no visitaba desde los quince años, en que pasé allí un verano aprendiendo inglés). Visité los museos habituales, como el Ashmolean con su fantástica colección egipcia, o los museos gemelos de Ciencias Naturales y de antrolopología Pitt Rivers, así como otros menos conocidos, como el museo de Historia de la Ciencia.

Museo de Historia de la Ciencia (derecha, con dos pancartas en la valla) junto al Sheldonian.

Este museo se encuentra en el edificio que originalmente ocupaba el Ashmolean Museum a su apertura en 1683, y cuenta con espléndidas colecciones de instrumentos científicos de distintas disciplinas. Por ejemplo, en su sótano, que durante más de 150 años fue un laboratorio de química, podemos ver interesantes colecciones de instrumentos empleados en medicina, así como una pizarra con anotaciones originales de Albert Einstein, de una conferencia que impartió en la Universidad de Oxford el 16 de mayo de 1931. Pero los objetos que me interesan hoy aquí son los centenares de instrumentos astronómicos conserva el museo, desde astrolabios de varios orígenes geográficos y cronologías, a relojes de sol. 

Me detengo un momento aquí para regresar a la película de La Momia (1999). Como todos recordaréis, a comienzos de la película conocemos a la bibliotecaria del Museo de El Cairo, Evelyn Carnahan, y a su liante hermano Jonathan. Tras la inolvidable escena de la biblioteca, Jonathan le presenta a Evie uno de sus últimos hallazgos procedente de "una excavación en... uhm... Tebas". Se trata de una curiosa cajita octogonal metálica que, al abrirse, muestra un mapa con la localización de la ciudad perdida: 

Evie y Jonathan tratando de averiguar cómo funciona la cajita
La cajita cerrada
La cajita, que resulta ser una especie de llave multiusos que abre todo lo vinculado a Hamunaptra, desde el "Libro de los Muertos" al sarcófago en el que ha sido enterrado Imhotep, tiene la siguiente apariencia cuando, ya abierta, se utiliza como llave: 

La llave, utilizada para abrir el sarcófago de Imhotep.
Otra vista
(Fuente: https://www.yourprops.com/Book-of-the-Dead-Key-original-movie-prop-The-Mummy-1999-YP72082.html

Sobre la base encontramos dos figuras sentadas que representan al dios Anubis y a una divinidad no identificada (signo A40 de la lista de Gardiner, aunque en este caso con un ureo en la frente, quizá representando a un rey), rodeando una columna de texto en la que leemos lo siguiente:

ḏd mdw ỉn nswt-bỉty Mn-Mȝˁ.t-Rˁ  (pronunciación convencional: Djed medu in nesut-bity Menmaatra)

"Palabras dichas por el Rey del Alto y el Bajo Egipto Menmaatra", es decir, Seti I, que es precisamente el faraón que es asesinado por Imhotep al comienzo de la película.  

Volvamos ahora al Museo de Historia de la Ciencia de Oxford. Entre una miríada de astrolabios, un objeto llamó mi atención en mi visita de hace unas semanas. Aquí podéis ver la vitrina:

Vitrina en el Museo de Historia de la Ciencia... ¡un momento! 

Entre astrolabios, esferas armilares, y demás instrumentos, había un curioso objeto metálico, una especie de cajita de forma octogonal colocada sobre una base, y con una serie de protuberancias triangulares en sus lados. Os muestro varias vistas del objeto desde distintos ángulos a continuación:





¿Qué sería tan curioso objeto? Si os fijáis en los detalles que presenta en su superficie podréis ver que se trata de un complejo reloj de sol. La pieza está hecha de latón dorado, y muestra en su base el escudo de armas del cardenal Wolsey (1473–1530), que fue consejero del rey Enrique VIII de Inglaterra... hasta que dejó de serlo. Aunque el instrumento no está firmado, se ha atribuido su construcción al matemático alemán Nikolaus Kratzer (c. 1487–1550), que fue llamado a Oxford por Wolsey para impartir clase de matemáticas. Lo que vemos tanto en las caras pequeñas como en los dos lados octogonales son nueve relojes de sol distintos. El instrumento está hecho para ser utilizado a una latitud de unos 52 grados, es decir, la latitud de Oxford, por lo que fue probablemente elaborado durante su estancia en la ciudad. Kratzer llegaría a convertirse en el astrónomo de la corte de Enrique VIII, y fue retratado por el pintor Hans Holbein (1497–1534):

Nikolaus Kratzer retratado por Hans Holbein el Joven en 1528
(Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Nicholas_Kratzer#/media/File:Nicholas_Kratzer_by_Hans_Holbein_the_Younger.jpg)

En este retrato, Kratzer aparece representado fabricando sus instrumentos, como podéis ver en el siguiente detalle:

Detalle del retrato de Kratzer.
(Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Hans_Holbein_d._J._-_Portrait_of_Nikolaus_Kratzer_(detail)_-_WGA11531.jpg)

Regresando a la llave de Hamunaptra en La Momia (1999), ¿pudieron los creadores de la película inspirarse en este tipo de instrumentos a la hora de crear este objeto que ya forma parte de nuestro imaginario "egiptomaníaco"? Aquí os dejo mi répica de la llave de Hamunaptra, y de nuevo otra vista del reloj de sol de Kratzer. Tanto el tamaño, como la forma, estilo de decoración, como la apariencia de la llave cuando está abierta recuerdan mucho al reloj de sol. ¿Coincidencia? Vosotros diréis 😉



🌑🌒🌓🌔🌕🌖🌗🌘🌑
¡Espero que os haya gustado este pequeño artículo! Muchos ánimos en este periodo de cuarentena, cuidaos mucho y recordad que #yomequedoencasa, ¡pero con mucha Egiptología!


PARA SABER MÁS:

Como todo el resto de museos, el Museo de Historia de la Ciencia de Oxford se encuentra ahora mismo cerrado al público, pero podéis visitar virtualmente sus colecciones a través de su página web, aquí: https://www.hsm.ox.ac.uk/

La información para este artículo la he sacado de la pequeña guía de curiosidades del museo, editada por su directora, Silke Ackermann, bajo el título Director's Choice: Museum of the History of Science Oxford (Londres: Scala Arts & Heritage Publishers, 2016), pp. 12–13.

Friday, 20 March 2020

LAS TABLILLAS ASTRONÓMICAS STOBART 📜💫

¡Feliz equinoccio de primavera! 

Una manera de afrontar este confinamiento es mirando al cielo. Uno de los documentos más importantes para el estudio de la astronomía en el Egipto grecorromano son las llamadas Tablillas Stobart. 


Las tablillas fueron compradas en Tebas en la segunda mitad del s. XIX, y actualmente se encuentran en el Wolrd Museum de Liverpool. Se trata de cuatro tablas designadas como A, C1, C2, y E, formadas por un marco de madera que sostiene una lámina de madera cubierta de yeso por ambas caras. 



Cada cara está dividida en cinco columnas. Las tablas recogen las entradas de los cinco planetas conocidos entonces (Saturno, Jupiter, Marte, Venus y Mercurio, en este orden) en cada signo zodiacal para los años 4º de Vespasiano a 17º de Adriano (71–132 d. C.). Cada entrada comienza con una fecha, que podeis ver en las imágenes escrita en rojo. Cada sección debajo de la indicación del año corresponde a un planeta, cuyo nombre aparece en la primera línea, con el determinativo de una estrella (recordad que el demótico se escribe de derecha a izquierda, por lo que la estrella aparece a la izquierda de la palabra). Debajo del nombre del planeta tenemos los datos en tres columnas, de derecha a izquierda, indicado el mes, el día, y el signo zodiacal. La sección correspondiente a cada planeta está separada por una línea horizontal. Al indicarse sólo la entrada en cada signo, los planetas rápidos como Mercurio y Venus tienen más entradas que los lentos, como Saturno, que no suele cambiar de signo zodiacal más de una vez al año. Estas tablas fueron utilizadas probablemente por astrónomos/astrólogos (recordad que no existía diferencia entre ambos conceptos en la Antigüedad) para confeccionar horóscopos, es decir, el destino de una persona según los signos en los que se encontrasen los planetas en el momento de su nacimiento.


Como curiosidad, cuando fui a hacer la entrevista de trabajo que resultaría en mi contrato como profesora en la Universidad de Liverpool, lo primero que hice antes de irme al campus fue visitar el World Museum para ver por primera vez en persona las Tablillas Stobart. ¡Creo que me dieron buena suerte!

[Todas las fotos que veis en este post son hechas por mí]

PARA SABER MÁS:

NEUGEBAUER, O. (1942): "Egyptian Planetary Texts", en Transactions of the American Philosophical Society, new series volume 32.2, pp. 209–250.

PARKER, R. y O. NEUGEBAUER (1969): Egyptian Astronomical Texts III: Decans, Planets, Constellations and Zodiacs, Providence: Brown University Press, pp. 232–235.

Sunday, 15 March 2020

BABUINOS, Y THOTH COMO SEPARADOR DE LAS LENGUAS 📜👅

Uno de los aspectos más bonitos de la investigación es el encontrar, de forma inesperada, detalles curiosos que uno desconocía hasta ese momento. En la literatura egipcia demótica existe una composición llamada la Historia de Peteisis, en la que un sacerdote llamado Peteisis descubre a través de un fantasma que le quedan únicamente 40 días de vida. Aunque apenado por la situación, decide preparar su propio entierro durante esos días. Tras un episodio en el que utiliza magia para convencer al administrador del templo de que le dé dinero a cambio de unos libros, Peteisis crea una serie de figuritas de cera a las que da vida, para que oficien su funeral. Entre ellas crea dos babuinos a los que encarga que copien 70 historias (tantas como días dura la momificación), y se las cuenten a su esposa Sakhminofret una vez él haya muerto. Estas historias cortas tratan sobre las virtudes y vicios de las mujeres, y aunque no se ha conservado el final del relato, es posible que tuviesen como objetivo transmitir un conocimiento a Sakhminofret que quizás ayudase a Peteisis a volver a la vida.

Uno de los aspectos más interesantes de este relato es el papel de los dos babuinos. Para los egipcios antiguos los babuinos eran los adoradores del sol por excelencia, debido a los "cantos y danzas" que realizan cuando sale el sol. Esta cercanía al dios del Sol los convertía en poseedores de conocimiento religioso secreto para los seres humanos. Existía la idea de que tenían un lenguaje secreto, otorgado por Thoth (no en vano el babuinos es uno de los animales de este dios), que era el lenguaje divino de los dioses. Algunos textos indican que el faraón era capaz de entender y hablar este lenguaje. Algunos babuinos, conectando con la Historia de Peteisis, eran considerados capaces de escribir.

Y aquí pasamos a la frase en jeroglíficos (transcrita de un original hierático) que os traigo hoy. Como he dicho ya, los egipcios consideraban que existía un lenguaje divino que era el hablado por los babuinos, y que fue inventado por Thoth, el dios de la sabiduría. No obstante, Thoth es también quién inventó la lengua hablada por los hombres en Egipto, y su escritura. En el Reino Nuevo encontramos fuentes que nos hacen pensar que además de la lengua egipcia, Thoth era considerado como el creador de las lenguas de los países extranjeros también. Así pues, en la frase que nos ocupa, que procede del óstracon Steindorff, línea 6, leemos:



Explicación gramatical: la frase comienza con una interjección (formada por la forma subjuntiva del verbo nD, literalmente "Podría preguntar sobre ti") invocando al dios Thoth en su forma lunar. El nombre del dios en vocativo es seguido por el participio perfectivo activo del verbo wp "abrir, separar", cuyo objeto directo es un sintagma nominal formado por el sustantivo ns más el genitivo indirecto n xAs.t. La frase termina con un complemento circunstancial de separación formado por la preposición r más el sustantivo femenino k.t utilizado de forma pronominal, sustituyendo al término femenino xAs.t.

Según los egipcios a partir del Reino Nuevo, el hecho de que cada país hablase un idioma distinto se debía a que su lengua (órgano) era diferente, había sido diferenciada por el dios Thoth, anatómicamente. La primera mención a la separación de las lenguas aparece en un himno de Amarna, y esto es muy curioso, ya que es precisamente en ese periodo cuando en el propio Egipto se dio una situación de separación lingüística, ya que comenzó a ponerse por escrito el neoegipcio, mientras que el egipcio medio quedó para textos de carácter religioso y monumental. El egipcio medio quedó pues como lengua sagrada (no en vano era llamada, junto con la escritura jeroglífica mdw.w nTr "palabras del dios").

PARA SABER MÁS:

ČERNY, J. (1948): "Thoth as Creator of Languages", en JEA 34, pp. 121-122.
SAUNERON, S. (1960): "La différenciation des langages d'après la tradition égyptienne", en BIFAO 60, pp. 31-41.
TE VELDE, H. (1988): "Some remarks on the Mysterious Language of the Baboons", en J. H. Kamstra, H. Milde y K. Wagtendonk (eds.), Funerary Symbols and Religion: essays dedicated to professor M. S. H. G. Heerma van Voss on the occasion of his retirement from the Chair of the History of Ancient Religions at the University of Amsterdam, Kampen: J. H. Kok, pp. 129-137.